El colesterol y los alimentos

Como sabemos, el colesterol es el principal factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Una alimentación saludable nos puede ayudar a prevenirlo y a disminuirlo.

Carnes

La carne, aunque sea magra, puede consumirse una vez al día, en una porción que no supere los 150 gramos, alternando entre rojas, aves y pescado. La carne vacuna debe limitarse a no más de tres veces por semana.En materia de carnes rojas los cortes magros son: cuadril, nalga, tapa de nalga, bola de lomo, peceto, lomo, bife angosto, vacío, colita de cuadril, cuadrada, paleta, carré de cerdo, solomillo de cerdo, conejo.Los semigrasos son: aguja, matambre, bife ancho y entraña.

En cuanto al pollo, su contenido de grasa es menor si se desecha la piel antes de cocinarlo. La parte más magra es la pechuga.

En todos los casos debe eliminarse la grasa visible antes de cocinar los cortes.

Los pescados y mariscos tienen menos calorías, grasas y colesterol, pero algunos de ellos contienen, además una interesante proporción de ácidos grasos omega 3 (considerados grasas saludables) como por ejemplo la caballa, el salmón, la anchoa, la sardina y el atún. También se sugieren la merluza, el lenguado, la brótola y el jurel.Se recomienda su consumo al menos tres veces por semana.
Debe evitar los cortes más grasos de carnes rojas: asado, cogote, pecho, azotillo y falda.Por su parte, las alas y los muslos del pollo son los que contienen más grasas.

Alimentos protectores

En la luz verde del semáforo ubicamos los alimentos “protectores”, denominados así porque su consumo sirve para conservar una buena salud cardiovascular. Son:

  • Los alimentos de origen vegetal, ricos en fibra, la cual se une al colesterol y a las grasas y aumenta su eliminación a nivel fecal. Entre otros son:
    • aceites crudos: oliva, soja, canola, girasol.
    • semillas de lino, sésamo, girasol, germen de trigo; centeno; arroz integral;
    • cereales integrales y sus derivados;
    • porotos y derivados de la soja;
    • frutas frescas de estación (en lo posible, no solo el jugo sino enteras, para incorporar fibras)
    • vegetales multicolores, aprovechando los de estación
    • legumbres (soja, lentejas, porotos, garbanzos, etc.)
    • frutas secas como nueces, almendras y avellanas);
    • avena arrollada y salvado de avena;
    • palta.
  • Lácteos descremados o semidescremados
  • pan tipo francés o integral o galletitas con bajo tenor graso
  • pastas simples semoladas,  integrales o rellenas con ricota y/o verduras
  • clara de huevo y dos huevos enteros por semana

Alimentos que deben evitarse

Evite alimentos como:

  • vísceras (seso, hígado, riñón, mollejas);
  • quesos de pasta dura (provolone, gruyere, Mar del Plata, azul, gouda);
  • lácteos enteros;
  • crema de leche;
  • manteca;
  • manteca de cacao;
  • frituras;
  • hamburguesas y otras comidas “chatarra”;
  • fiambres y embutidos;
  • galletitas y amasados de pastelería;
  • grasa visible de la carne;
  • yema de huevo (aunque pueden consumirse dos huevos enteros por semana);
  • mayonesa común y salsa golf;
  • coco;
  • helados de crema.

Las margarinas y los productos que se elaboran con ellas (galletitas, tapas de empanadas y tartas, golosinas, sopas instantáneas, comidas de rotisería, papas fritas, chizitos, palitos, grisines, alfajores, etc) contienen aceites vegetales hidrogenados (también llamadas “grasas trans”), cuyo efecto es aún más dañino que el de las grasas animales o saturadas.

Métodos de cocción

Se prefieren los alimentos hervidos, horneados sin aceite o cocidos a la parrilla, al vapor o con el microondas, en lugar de los fritos o salteados.

 

Recuerde:

  • Los hábitos alimentarios se adquieren y se desarrollan en la infancia y, puesto que van a tener una gran importancia en la salud del individuo, merece la pena dedicar un tiempo a estimularlos.
  • La preparación de los alimentos debe contribuir a que sean agradables pues sólo así se consigue una aceptación por parte de los que van a consumirlos. Para conseguirlo no es necesario abusar de las grasas y la sal. Las hierbas aromáticas, los condimentos, el limón, así como la introducción de guarniciones de hortalizas mejoran el sabor y la presentación de los platos.

Fuente: FUNDACIÓN FAVALORO




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